CHRYSLER vs. EL GENIO DIVINO
Narrado por
John Lundberg
El presente ensayo constituye una expresión de la sorpresa que me causó el catalogo The Jean-Michel Basquiat Show, de la exposición, del mismo nombre, en la Fondazione La Triennale di Milano del 19 de septiembre del 2006 al 28 de enero del 2007, que según la introducción por parte de Davide Rampello, el director del Trienal de Milano: “[…] represents, for the quantity and choice of works, Europe's most important exhibition of Basquiat's to date”. (p.12)
Estoy consciente de que normalmente no se le presta mucha atención a las primeras páginas de un catalogo publicado por una institución prestigiosa (incluso entre artistas muchas veces parecen tomarse como una especie de broma), ya que invariablemente son unas palabras vacías escritas, supuestamente, por algún político local (lo encargará a un asistente), usando la ocasión para hacerse propaganda, y unas palabras, igual de vacías, del director del museo, quién (aunque no sea igual de grotescamente ignorante como infaliblemente lo es el político, todo político), probablemente use la ocasión para decir cosas vacías pero bonitas para no ofender a nadie que pueda querer ayudar de manera económica a la institución que dirige. Sin embargo creo que puede ser pertinente (pronto veremos por que) detenernos un momento para ver que se dice aquí.
En este caso hay tres pequeñas introducciones – cuyo valor se ve reflejado en el hecho de que preceden el índice (en el cual no figuran), es decir, no forman parte de la selección de textos críticos, sino constituyen una especie de marco, o contexto dentro del cual opera el arte – una, ya mencionada, de Davide Rampello, y luego una de Federico Goretti, Director General de Chrysler Group, quienes patrocinan la exposición, y por ultimo una de Vittorio Sgarbi, el Assessore alla Cultura del comune di Milano. Apenas llegan a ser una media página cada una. Rampello habla de “[Basquiat's] humanist character and […] his genius and his intemperance.” (p.12), mientras que Goretti enfatiza que “[…] Basquiat's artistic genius and the emotions aroused by his art become the language with which Chrysler connects with its audience […]”. (p.14). Por su parte Sgarbi resalta que “Basquiat [¿en persona?] inaugurates the new Milanese season of exhibitions and events, and the City expects to receive the full benefit of these activities […]”. (p.15)
Ahora, normalmente, entonces, nos saltaríamos estas paginas, y de lo que nos daríamos cuenta primero, al empezar a ojear el libro, sería de una serie de retratos fotográficos hermosos de Basquiat, reproducidos a color, ocupando toda una página cada uno. Hay un total de 12 fotografías (es decir, 12 páginas enteras) entre las primeras 45 páginas, en las cuales Basquiat aparece junto con obras suyas (en algunos casos trabajando), y en dos aparece también Andy Warhol (con quien trabajaba en algunas ocasiones). Más adelante viene una sección entera de 18 páginas que consisten únicamente de fotos de “amigos de Basquiat” (así se llama el capítulo); gente como por ejemplo Andy Warhol, Madonna, Deborah Harry, Dolph Lundgren, Keith Haring, Grace Jones – cantantes, actores, etc.; es decir, gente famosa (las fotos vienen obviamente acompañadas de una lista de los nombres, por si el lector no reconoce, por ejemplo, a una muy joven Debbie Mazar).
Con esta pequeña descripción no pretendo haber analizado exhaustivamente el catálogo (y mucho menos la exposición), sino que he querido llamar la atención a algo que se suele intentar ignorar; por una parte, el papel de los intereses comerciales y políticos (parte de un solo continuo – como espacio y tiempo) en el Arte, y por otra, el enorme esfuerzo que se hace para reforzar la noción de la importancia (por encima de cualquier otro valor) del Artista-Genio. Habría que admitir que la vida de Basquiat (igual que la de Frida Kahlo, Jackson Pollock, o Jimi Hendrix por ejemplo) invita a este tipo de pensamiento romántico. Pero este culto a la personalidad, cuando se da más importancia a las imágenes del artista que a las imágenes de su obra (es como leer la biografía de un escritor, en vez de sus libros), está íntimamente ligado a los intereses comerciales. Donald Preziosi (1989, p.10-11) explica:
As a humanistic discipline, art history also produces, sustains, and perpetuates humanistic values, which are themselves marketable in direct ways and indeed provide an aura quite as manifest in a monetary sense as the commodity itself. To possess a Caravaggio is perforce to possess a spirit, an age, a time, and a world.
Lo que es importante entender aquí entonces es que la obra de Basquiat se enmarca – en el catálogo y en la exposición – dentro de una filosofía humanista/individualista/capitalista. El artista se destaca como un ejemplo a seguir en el sentido de que: “Finance capital creates not so much consumers as it does producers – all of us, whoever we might be, have to produce and consistently modulate value. Everything is a market” (Nealon, 2008, p.66). Se trata entonces aquí de ver de que manera políticos y comerciantes utilizan el Arte para sus propios fines, y la importancia de esto queda claro si entendemos “power as a series of discontinuously linked practices, rather than as an originary secret to be progressively uncovered or a teleological narrative of development” (Nealon, 2008, p.72). El enfatizar la persona de Basquiat (a tal grado que se dice que él viene a inaugurar la nueva temporada de exposiciones en Milano) es una estrategia de mercado: “the author-function is a creator of scarcity, an interior space introduced into an exterior field of discourse to create privileged nodes of value” (Nealon, 2008, p.76).
BIBLIOGRAFIA
Mercurio, Gianni (ed) (2006). The Jean-Michel Basquiat Show. Milano: Skira Editore.
Nealon, Jeffrey T. (2008). Foucault Beyond Foucault. Power and its Intensification since 1984. Stanford, California: Stanford University Press.
Preziosi, Donald (1989). Rethinking Art History. Meditations on a Coy Science. New Haven & London: Yale University Press.
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